En Buenos Aires existen un sinfín de actividades gratuitas que se pueden realizar en esos días en los que se quiere salir sin gastar demasiado dinero.
Hoy te traigo una propuesta que seguramente no tuviste en cuenta, en pleno corazón de la calle Florida para disfrutar solo o compartir con familia y amigos: el Museo Nacional de Arte Oriental.
Un pedacito de Oriente dentro del Centro Cultural Borges
Fundado en 1965, este museo que nunca tuvo un lugar propio y durante 18 años permaneció cerrado, finalmente hizo su reapertura en el año 2022. Se encuentra en el segundo piso del Centro Cultural Borges (Viamonte 525, CABA) dentro de las Galerías Pacífico y cada día recibe tanto a turistas, como a locales.
Su colección está compuesta por alrededor de 4.000 piezas originarias de China, Japón, Corea, Egipto, Armenia y Tailandia, entre otros países, de las cuales 200 son objetos en exhibición.
Algunas de ellas recorrieron grandes distancias atravesando distintas geografías para llegar hasta ahí luego de extensos viajes comerciales en barco.
Otras, en cambio, arribaron de la mano de coleccionistas que las adquirieron en algún recorrido por Europa donde pudieron encontrar piezas de variada procedencia tanto del Tíbet como del Sudeste Asiático.
Una invitación a explorar el concepto de Oriente desde una perspectiva más social, teniendo en cuenta prácticas y rituales y derribando así mitos y estereotipos establecidos por el mundo occidental a lo largo de los años. Oriente es más que lo opuesto a Occidente.
Conociendo la Cultura Oriental
Al llegar, en la entrada, dos esculturas en forma de dragón de color verde dan la bienvenida a los curiosos. Tras hacer unos pasos, la figura de un samurái de 1615 con su reluciente armadura restaurada, y su katana en mano, recibe a los visitantes bajo una tenue luz roja que crea una atmósfera especial. Una mujer se acerca a leer el cartel con la descripción tras la vitrina.
El lugar reúne una gran cantidad de piezas significativas de la cultura de Oriente que dan cuenta de sus usos y costumbres. Se pueden encontrar desde tambores tradicionales, bandas de seda, kimonos, miniaturas de templos e instrumentos musicales que se ejecutan en ceremonias típicas como la meditación.
Fotografá Ayelén Reales
Un punto a favor, es que el museo permite tomar fotografías sin flash con cámaras y celulares en su interior, por lo que llevarse un buen recuerdo, es posible.
También existe un espacio en el que se puede practicar la caligrafía china guiada por símbolos escritos para su copia. un rincón de esparcimiento perfecto para los más pequeños de la familia, y por qué no, para los adultos.
Otra experiencia que no se pueden perder es la de tocar la cabeza del buda hecha de hierro fundido y descubrir así sus facciones. Según la creencia, esto atrae la buena suerte.
Fotografá Ayelén Reales
Una práctica importante en esta cultura, es la práctica del rezo, que puede llevarse a cabo tanto en el hogar como en el templo, con música o en silencio.
Como testimonio de ello, se encuentra en exhibición la alfombra de oración utilizada por los musulmanes para el Salat o ritual de rezo diario.
Fotografá Ayelén Reales
Sin dudas, un plan perfecto para quienes deseen explorar la historia y cultura de Oriente en un solo lugar y de forma gratuita. Abre de miércoles a domingos de 14 a 20 horas. Lo único que resta eligir es el día.
