Alicia y el gato un bar de cuento en pleno barrio de Belgrano

Si de bares de cuento se trata, no te podés perder “Alicia y el Gato”. En pleno corazón de Buenos Aires, en el barrio de Belgrano se encuentra este pequeño lugar ambientado en el clásico cuento de Alicia en el País de las Maravillas.

Su fachada compuesta por un mural sobre el que se puede ver a la protagonista principal invita a traspasar la puerta y entrar a un mundo de fantasías.

Una decoración de cuento

 Al entrar, el montaje, sorprende. El piso estilo ajedrez en blanco y negro y el ojo de una cerradura gigante que lleva a un pasillo, atraen toda la atención.

El salón principal, con sus sillones rojos, sus almohadones haciendo juego y los cuadros con los distintos personajes, le dan ese toque de magia.

De fondo, una Alicia con un castillo de naipes acapara todas las miradas, El lugar está lleno de detalles. Algo que llamó mucho mi atención fue la decoración que se desprende del techo del local. Una silla puesta al revés con unas esferas de luz y unas cartas que simulan estar suspendidas en el aire sumergen de manera inmediata a quien lo visita en ese mundo.

 

El personal también está caracterizado con la temática. Los mozos que son muy amables representan su papel a la perfección con sus distintos trajes, sombreros y capas.

El menú merece una mención aparte. En el caso de los desayunos, todos ellos tienen nombres alusivos.

Yo pedí uno llamado “Humpty Dumpty sentado en la pared, Humpty Dumpty se cayó en un sueño” que incluía huevos revueltos, acompañados de rebanadas de pan de masa madre, tomates cherry , panceta, puré de palta, jugo y café a elección. Quedé muy satisfecha.

Como dije al principio, en el bar hay una cerradura gigante que conecta el pasillo con un jardín. Allí puede verse un mural con un castillo además de pequeñas mesas blancas. Unos faroles completan la escenografía. Algo interesante es que es Pet Friendly e incluso tiene un bebedero para perros con la leyenda “para los amigos peludos de Bayard”

Los más chicos también tienen n su espacio, “el playroom para las infancias” equipado con una TV, peluches y juegos de mesa al que pueden acceder de 13 a 22 horas.

Para finalizar el recorrido, junto al jardín, está el salón de té con un mural inmersivo con todos los personajes No pueden dejar de visitarlo. Magia y buena comida. Una salida que no falla.

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