“Estamos invitados a tomar el té”, dice aquella canción que marcó generaciones. La escritora y compositora María Elena Walsh fue un emblema para grandes y chicos, entre los que me incluyo. Recuerdo entonar cada estrofa a la hora de la merienda.
Su casa museo, que se inauguró en el año 2023, se encuentra en el partido de Morón (Tres de febrero 547) a solo dos cuadras de la estación Ramos Mejía del Ferrocarril Sarmiento y el público tiene acceso libre y gratuito.
El día elegido fue un sábado. Al aproximarme al lugar más conocido como “Casa MEW” pude observar una escultura de una María Elena niña sobre un banco que me dio la bienvenida y decidí entrar.
Había una vez… la historia deMaría Elena Walsh y algo más
Al traspasar la puerta de vidrio, lo primero que se ve es una gran línea de tiempo que recorre la vida de la escritora desde su nacimiento en 1930 hasta su muerte en 2011.
Acontecimientos como su viaje a Estados Unidos cuando tenía tan solo 18 años (invitación del autor de Platero y yo, Juan Ramón Jiménez y su esposa) o la publicación de su primer libro “Otoño imperdonable” en 1947 forman parte de esa línea.
A su lado, una pantalla interactiva con un par de audífonos invita a explorar sus obras. “En el país de Nomeacuerdo”, “El sol no tiene bolsillos” o “Juguemos en el mundo” son algunas de las opciones que podés encontrar.
El museo se divide en seis salas y cada una de ellas abarca diferentes temáticas. La sala uno se centra en la vida de la escritora. Algo curioso que hay allí es un teléfono antiguo. Al levantar el auricular se escucha la voz de María Elena relatando su propia infancia. También hay una pared repleta de retratos familiares (en forma de dibujos) en donde se puede ver a sus medio hermanos y sus primos, entre otros parientes.
La sala dos, es la sala de mamá y papá. Mediante distintos objetos, el visitante conoce cómo eran sus padres. Hay una valija interactiva donde al hacer clic se ven fotos de su vida.
La sala tres, es ideal para los más chicos, ya que allí se encuentra un teatro con un pequeño escenario y algunas prendas de vestir con las que pueden disfrazarse y jugar.
Manuelita ¿adónde vas?
La sala cuatro que es el baño, es una habitación que me pareció mágica. En uno de sus rincones destaca la figura de la tortuga Manuelita. Cerca de ella puede apreciarse un pequeño barco y la leyenda “París”. En el otro extremo se lee “Pehuajó” y el tortugo Bartolito , la espera.
Un detalle que me encantó fue el escrito que se aprecia en el exterior de la bañera: “mientras me bañaba comencé a pensar la canción de Manuelita recordando a la tortuga de su amiga Susana Rinaldi”. Al abrir las canillas del lavabo aquella melodía, suena.
Luego sigue la sala cinco que es su habitación donde hay objetos como el tipo de tijeras con las que le hacían los rulos, estantes con ropa para cada momento del día entre las que se hallan un overol mecánico de lona azul con cierre e incluso su acta de nacimiento. Una cama en el centro completa el cuadro.
La última sala es la cocina. Allí estuvo puesto el foco en la lucha feminista de la autora. Sobre una pared se ven una serie de platos con pequeños fragmentos de poemas de ese tipo.
Al salir de la casa, se encuentra el patio donde está el emblemático jacarandá que inspiró la canción.
Como curiosidad final sobre un vidrio rodeado de una decoración con mariposas un retrato de María Elena reza: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando…”
Un lugar donde convergen distintas generaciones. Un paseo que van a disfrutar tanto grandes como chicos y que vale la pena descubrir.
Más info en su instagram: https://www.instagram.com/casa.mew/