Todos escuchamos hablar del Jardín Japonés ubicado en Buenos Aires, algunos incluso tuvimos el privilegio de visitarlo. ¿Pero sabías que no es el único?
A solo 1 hora de Capital se encuentra el Jardín Japonés de Escobar, una mini joya escondida para quienes buscan un poquito de tranquilidad en medio de la ciudad.
Una atracción turística que no todos conocen.
Inaugurado el 4 de octubre de 1969 este jardín es del tipo clásico, también conocido como Tsukiyama Sansui (montaña-agua). Representa a la naturaleza en escala reducida.
Se trató de un regalo de la colectividad japonesa a Argentina en agradecimiento al recibimiento que se les brindó al llegar al país. El ingeniero Yasuo Inomata se encargó de diseñarlo y años más tarde, rediseñaría también el de Buenos Aires.
Al igual que su hermano mayor que se encuentra en el barrio porteño de Palermo, el Jardín Japonés de Escobar también cuenta con su característico puente rojo el cual simboliza la unión entre el mundo terrestre y el divino. Se dice que cuando alguien lo atraviesa, se purifica.
Con una superficie de 2500 m², el lugar está repleto de naturaleza. Los árboles fueron donados y se requirió de una técnica especial para implantarlos.
A las farolas que iluminan el parque se las trajeron desde Japón ya los peces Koi se los trasladaron en tubos de polietileno con oxígeno. En cambio las piedras que allí se encuentran fueron traídas desde Alta Gracia, Olavarría y San Luis, Argentina.
Además A la entrada del jardín en una de ellas se puede ver la firma de quien en ese momento era el Primer Ministro de Japón, Tisahu Sato.
Para más información sobre días, horarios y costos de entrada, pueden visitar su Facebook: Jardín japonés de Escobar